domingo, 1 de julio de 2018

POR LAS SENSORIALES RUTAS DE UN NOVEDOSO TOUR.


Hay una ciudad en la que puedes encontrar, si la suerte y Má Clacia te lo regala, un hombre que te va llevando por un tour de respuestas y espacios para soltar todas aquellas dudas y miedos que el andar te va montando en la espalda. Esos caminos te los presenta el Señor Amontv.

Este señor es bastante difícil de explicar con solo un adjetivo, por eso permíteme, querida lectora, describir al Sr. Amontv y su particular actividad en los siguientes párrafos.

Para iniciar debo informar que Sr. Amontv tiene como oficio mostrar los caminos de su ciudad, que gracias a su sabiduría, no solo pasan de calle en calle, sino que atraviesan tu cuerpo y forman una experiencia que consigue desatar los trancones del alma. Esto parece muy inverosímil y más bien, bastante poético. Tiene un poco de las dos. El Sr. Amontv te lo advierte desde el principio, enviándote un mensaje que justifica su aparición gracias a circunstancias aureáticas y energéticas. En ese momento solo parecen frases de cajón que no estuvieran relacionadas a la experiencia que se vivirá en las horas a seguir, pero lo cierto es que esconden la clave de la relación a crear.

La apariencia de este hombre no es sorprendente, es más bien discreta y llena de gestos tímidos y condescendientes. Es posible que, a primera vista, ni te imagines que él pueda hacer tanta cosa como lo he anunciado al inicio de esta narración. Sin embargo, en la medida que el tour comienza vas descubriendo sus profundos ojos, disimulados por sus gafas, que muchas veces se cierran mientras él habla, nunca supe si era maña inadvertida o algo consciente, de cualquier forma, esto le otorga un misterio que despierta curiosidad por parte de quien lo escucha. También, comienzas a advertir que su nariz es un fino dedal que señala hacia tu boca provocando imperceptibles deseos hacia ella. Su cuerpo delgado cuenta con la altura perfecta para posar cabezas en su pecho amplio. Posee un par de piernas gruesas, a la medida de su proporción, que te pueden cargar, dar conforto y apoyar, solo de ser necesario. El gesto que forman sus cejas, pestañas, boca y barba es de una hermosura infantil que progresivamente se presenta, primero maduro, luego inteligente, para después completarse suspicaz, divertido y particularmente popular. Todo esto completa un conjunto muy atractivo que, al verlo de lejos, no puedes dejar de admirar su singular belleza.

El tour comienza con la visita a ciertos lugares dónde las historias de amor se presentan a través de puentes, jardines, hoteles, mansiones, pinturas, pianos y altillos. Gracias a la politonal voz del Sr. Amontv puedes imaginar perfectamente los personajes narrados por él, acompañados de cada uno de los detalles que el habilidoso orador cuenta. También te lleva por historias de indignación e injusticia que te hacen ver su alma insurrecta y su espíritu combativo. Todo esto te lo hace compartiéndote un delicioso mate (como nunca antes lo degusté) que le da un auténtico toque al paseo. Con mate en mano, te lleva a la maravillosa isla de los cipreses, luego a senderos de árboles altos en donde reafirma su postura frente a este planeta lleno de maleza humana. Habla con orgullo y amor de aquel viejo que ha decidido gobernar como el pueblo que lleva en su sangre, negándose a dejar su chacra, su perra y sus alpargatas. Allí la admiración por su forma de ver el mundo, comienza a crecer.

En ese trayecto, él te invita a caminar por estrechos senderos de estilo japonés, que van abriendo el surco que muestra los tapones de tu alma. En medio de la tranquilidad de peces, flores y hermosos árboles otoñales, sus palabras empatizan con tu ser. La calma allí vivida es tan fácil de sentir, que ya empiezas a querer agradecer con más que unas "gracias".

Como todo un buen orientador, el Sr. Amontv, te deja disfrutar de un lindo atardecer enmarcado por un malecón y varios edificios. Su apariencia de extremo respeto levanta más misterios. Misterios que invitan a romper la distancia hasta ahora creada a través de licores y buena charla. Sus reacciones frente a la conversación te impulsan a acariciar su rostro y ofrecer un abrazo. Sin embargo, la noche aún no se abre para esas licencias.



Tu alma será atravesada por las calles de esta ciudad cuando el Sr. Amontv te revele los secretos históricos del centro de la urbe. Allí tu cuerpo comienza a reaccionar a sus interpelaciones con la seria voluntad de ultrapasar las fronteras que existen entre tu boca y la suya. Después de algunas excitaciones escultóricas, se cruza la barrera y logras sentir sus besos y su maravillosa nariz que sabe besar tan bien como sus labios.

Después de este punto los paisajes y él se funden en un solo placer que pareciera no tener fin. Su cuerpo se despliega como geografía mansa, bien de pampa, con altiplanicies acolchadas, ríos dulces y vegetación de carnosas frutas y suaves cáscaras. El clima de esta geografía es constantemente cálido, ardiente. Te sorprende las brisas que refrescan un temporal de intenso calor, pues la sensación sobre el cuerpo y el alma comienzan a interactuar intensamente sobre aquellos nudos del espíritu, entre un ardor y el siguiente. Tu ser, que para ese punto ya ama al Sr. Amontv, es amasado por él. Sus suaves e intensos movimientos te dejan percibir como ese amor sentido puede ser libre. Los pensamientos vienen y van, y entre tanto, lo enmarañado se siente suelto, cada vez más ligero, menos angustiante y bastante placentero. Los dolores sentidos en el pasado, se transforman en experiencias necesarias para la vida. Las palabras del Sr. Amontv te ayudan a incorporar otra forma de amar, que libera este sentimiento de la carga injusta que se le ha dado. No bien sientes el placer del entendimiento, cuando ya te coge otra, y otra y otra ola de calor, que junto a él se disfruta hasta el punto más profundo del río, dónde tanto dentro como fuera, lo líquido riega todo el terreno mixto y combinado.

En medio de una visita al café con nombre de país vecino y atmósfera de nostalgia, admiración y orgullo por aquellos hombres que se sentaron en sus mesas a componer palabras que ayudaron, y ayudan, a encender luchas y derrocar imposibles, una nueva ficha es movida por las sutiles corrientes que el Sr. Amontv envía. Sin advertir, logras comprender que además de que el amor, para ser libre, necesita vivir el presente y no cargarse con angustias pasadas, ni con responsabilidades futuras, puede aparecer y desaparecer sin causar daño y sin tener prerrequisitos. Amas, simplemente, amas. Por un día, por un momento, por un suspiro.

Sin grilletes que estanquen las sensaciones amorosas, te entregas al sin número de manifestaciones que van apareciendo provocadas por las rutas que el Sr. Amontv te sigue presentando. Este nuevo estado te trae tanta felicidad que el tiempo occidental no consigue encajar. Las horas pasan de forma tan rápida por los relojes de estilo sueco, dada la imposibilidad de este por entender otra forma de tiempo que no sea la estandarizada y cartesiana. Aun así,  y sabiendo que el tiempo junto con el Sr. Amontv es finito, el disfrute no para y la felicidad no disminuye.

Acercándose al punto final de este viaje, el Señor Amontv llega al cenit, regalándote un paisaje inclasificable. Su hermosura es tan inconmensurable que aún no existe adjetivo que lo describa. La visual conjuga al sol poniente con la luna naciente. El primero te ofrece los más ricos tonos del rojo y del azul, las nubes que lo rodean dibujan cóndores de alas abiertas, enfatizando en el amor descubierto. Por su lado, la luna se sienta sobre el más bello lila. Discreta, va convirtiéndose en un borroso círculo que, según el Sr. Amontv, es producto de la mano del mismo artista que ha engalanado el pueblo que nos recibe y, que con este gesto, nos saluda recordándonos que estamos en la tierra que lo hospedó por muchos años. Cómo se disfruta el acogedor pecho del Sr. Amontv, que te atalanta de las primeras brisas invernales.

Extasiados los ojos, este señor los refresca dejando que descansen, pero sin parar el disfrute sensorial. Te lleva a un lecho donde, a través de los oídos, el placer continúa. Con la música de la mar acariciando la playa, te riega toda de caricias y besos, sorprendentemente animales. Con el cansancio y el éxtasis de conocer otra región de la geografía del Sr. Amontv, duermes la última noche.

En la mañana de la despedida, tomas el primer alimento admirando tanto el hermoso perfil del Sr. Amontv como las bellas playas que te dieron buen sueño y feliz despertar. Yo sentí la necesidad de agradecer a Yemanyá y a Má Clacia el encuentro de este hombre. Él, por su parte, agradeció mi agradecimiento.

Voces mapuches llegaron para llorar nuestra despedida, mientras que nuestros amores no dejaban de sentir felicidad por los días vividos. Un breve momento de quietud, ojos conectados y cuerpos enlazados, antes de la separación, acentuó esa felicidad. Dejé que fuera el vehículo que me separaba del Sr. Amontv, el que me quitara su imagen física, que saltaba de alegría con gestos de amor. Después de esto, quedé en un silencio tan pleno que solo las ganas de contar esta experiencia lograron quebrar.

Seguramente cada ruta que el Sr. Amontv presenta es diferente, cada una traerá un nuevo sentir, otros sorprendentes paisajes. Por eso, querida lectora, ve en busca de este señor. Hágame caso: hágase un bien. No te pierdas de su magia y descubre, con su ayuda, esos secretos que dentro de ti, se esconden. De paso, dale un beso de mi parte, y dile que cómo él predijo, sigue estando en mí.